En la actualidad, la Psicología se ha hecho indispensable para la sociedad. Pero si pensamos en cuál de las ramas es la que tiene mayor difusión a nivel empresarial e industrial, en una coyuntura en la cual priman los negocios y se busca constantemente liderazgo, competitividad, atender “el factor humano”, así como innovación y calidad, ésta es la Psicología Organizacional.
En sus primeros tiempos, los psicólogos industriales se ocupaban esencialmente de mejorar los programas de entrenamiento de los trabajadores y de diseñar las condiciones más óptimas, desde el punto de vista psicológico, para alcanzar un alto rendimiento del trabajo individual y grupal.
Aunque ésas siguen siendo funciones de la Psicología industrial, en la actualidad el profesional de esta rama se ocupa también de otros aspectos, sobre todo de la optimación de los recursos humanos utilizados por la empresa. Destacan así sus funciones de selección de personal (labor que realizan habitualmente mediante el uso de tests y entrevistas personales), la creación de equipos de trabajo teniendo en cuenta las
aptitudes personales de cada uno de los integrantes, la ubicación de los trabajadores en aquellos puestos para los que demuestren mayor capacidad y preparación, etc.
Otra especialidad es la llamada investigación del mercado o del consumidor. Esta disciplina se encuentra muy relacionada con la Sociología, la Psicología social y las técnicas de publicidad. En síntesis, su campo de investigación se centra en descubrir cuáles son las necesidades o los gustos de los consumidores, qué valoración poseen éstos en cuanto a determinados productos del mercado o qué técnicas (perceptivas, intencionales, etc.) son las más aptas para que una campaña publicitaria convenza al público al que va dirigida. Algunos teóricos consideran más apropiado desgajar de la Psicología industrial esta rama, proponiendo una nueva especialización denominada Psicología publicitaria o Psicología de la publicidad.
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