lunes, 11 de junio de 2012

Estrés y Depresión Laboral


Investigación realizada en Perú.




Según datos de la empresa la relación entre depresión - empleo - productividad arroja las siguientes conclusiones:

Depresión y empleo

De un total cuatro mil trabajadores encuestados en el Perú, el 78% dijo haber sufrido alguna vez de estrés y depresión laboral, producido por el exceso de trabajo, las reuniones y obligaciones propios de la función que desempeñan.

Otra razón del estrés y la depresión laborar es por no sentirse satisfecho en su actividad laboral. Este punto está íntimamente ligado con varios aspectos que vale la pena describir:

a) Confusión Vocacional. Muchos profesionistas estudiaron una carrera que no está acorde a sus aptitudes. Lo lamentable es que este porcentaje es muy similar si lo enfocamos a los estudiantes que en la actualidad están cursando una licenciatura. En consecuencia tampoco disfrutarán su empleo, porque no están preparados desde el punto de vista de sus aptitudes e incluso emocionalmente para sobrellevar una actividad incompatible. "Aquí tendremos a empleados e incluso líderes faltistas, desconcentrados y sin ánimo de ir más allá de sus atribuciones", estima Ximena Álvarez, psicóloga laboral y ejecutiva de Recursos Humanos de MásQueRP.

b) Falta de Motivación. Puede ser que un directivo de una empresa esté desempeñando responsabilidades afines a sus intereses y habilidades; sin embargo, no está exento de padecer una crisis depresiva. Los motivos son amplios y diversos: falta de superación laboral, un salario que considera injusto, competencia desleal entre compañeros de trabajo, envidias, malos entendidos o bien, tener un líder que no tiene la capacidad de reconocer sus logros. "En este caso, un empleado desmotivado puede ser un auténtico boicoteador de proyectos, generará mal ánimo entre sus compañeros de trabajo, hablará mal de la empresa y será un motor de malos entendidos "chismes" que pueden minar la motivación de otros elementos", manifestó Álvarez.

c) Desempeño de un rol o puesto que no está ligado con sus capacidades. La mayoría de las contrataciones o las promociones de puesto se dan por lo que llamamos contactos o amistades, por  lo cual muchas personas no están capacitadas para llevar su cargo en el trabajo. "Por desgracia las pequeñas y medianas compañías carecen por completo de un departamento profesional de recursos humanos, lo cual puede ocasionar un daño tanto al empleado que aspira tener un determinado puesto, como a la misma compañía que apuesta a una persona que probablemente no tenga los atributos necesarios para desempeñar cierto rol. A su vez, el empleado que "le queda grande o chico" tal puesto, se frustrará, minará su autoestima, ocasionando inmediatamente un cuadro de depresión laboral. Éste no rendirá lo que se espera de él", estimó Aguilar.

d) Estancamiento laboral. Falta de promociones, un sueldo que considera poco digno o dominar por completo sus responsabilidades provocan el síndrome llamado "Estancamiento Laboral". Claro, esto ocasiona frustración, porque se alcanza un techo económico y productivo difícil de superar.

Esto lleva a la pregunta “¿tu empresa toma medidas para evitar o disminuir el estrés en sus trabajadores?”, el 89% de los trabajadores responde que no, y que las medidas han debido surgir de ellos mismos. Solo un 11% de los trabajadores encuestados tiene un programa para ello en la organización donde trabajan.

¿Qué hacer si se tiene una empresa deprimida?

"Existen varias alternativas, pero la primera en el caso de que sea usted un empresario o esté a cargo de un equipo de trabajo, es la capacidad de autocrítica. A lo mejor la posición de liderazgo también tiene todas las características depresivas. Un líder deprimido, trasladará depresión a sus empleados, al igual que líder frustrado, envidioso, que carece de vocación o autoritario e incluso laxo", comentó Aguilar.

¿Y el empleado?

En cambio si se es un empleado que se ha logrado identificar como "depresivo" tendrá que recomponer varios aspectos.

"Resumiendo, un esposa o esposa deprimida, generará una pareja deprimida, un hijo deprimido, provocará una familia deprimida, un alumno deprimido una escuela deprimida, y por tanto un trabajador deprimido pertenecerá a una empresa o institución deprimida. Es aquí donde radica la importancia de extender la salud mental y erradicar la depresión", dijo Álvarez.

"Un trabajador deprimido se nota desde su aliño y arreglo físico, viene sucio, poco aseado y eso se contagia y se transmite. Un su comunicación pre verbal transmitirá poco entusiasmo y energía. Interpersonalmente podrá ser un foco que extienda la depresión a la organización laboral. Como empresa, conviene entonces la salud mental y la fuerza a nivel grupal, empezando en el uno a uno. Como jefe podrá inyectar un poco de entusiasmo, de motivación y de voluntad a cada uno de sus trabajadores para tener como resultado una institución fuerte y con energía, lejos entonces de la depresión", concluyeron los directivos.

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